En terrible
soledad, al borde de la locura
Hoy
lloras y te arrepientes de tus faltas
cometidas
Es este
quizás el precio que está cobrando la vida
Por el
haberla vivido sin control y sin mesura
Si a ti nada
te faltaba, si tu todo lo tenias
Un hogar,
hermosos hijos un esposo que te amaba
Una familia
ejemplar, la que todos envidiaban
No supiste
calcular lo que con tu error perdías?
Pudo ser
cosa del destino, o un deseo de aventura
Conociste a
otro hombre y de él te enamoraste
Era un
hombre conocido de la droga traficante
De esas
drogas que conducen directo a la sepultura.
Pronto
caíste en el vicio, te volviste drogadicta
Dejando
abandonados a tus hijos, a tu hogar
Tu amante te
convenció de “mercancía “pasar
Pobre ilusa
de ti, creíste saldrías invicta
Te cogieron
en Madrid, en la capital de España
A diez años
en la cárcel, los jueces te sentenciaron
Tu amante y
los otros jefes de ti pronto se olvidaron
Dejándote
sola y presa en una nación extraña
Cuando de
estas noticias tu esposo se entero
Solicito el
divorcio, que pronto le concedieron
Los hijos
que abandonaste, todos ellos ya crecieron
No se
acuerdan de su madre, para ellos ya se
murió
Ahora
regresas diciendo, que estas muy arrepentida
Pidiendo que
te concedan, otra oportunidad
Suplicando
de ti tengan un mínimo de caridad
Ojala Dios
lo permita se te componga la vida
Todo humano
está expuesto su camino equivocar
Nadie somos
para juzgarte, los errores cometidos
Ni podemos
devolverte todo lo que hayas perdido
Solo el Dios
que está en el cielo, es quien te puede juzgar
José Libardo
Anzola Venegas
Colombiano.
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