jueves, 29 de enero de 2015

CARTA PARA MI AMIGA AZUCENA



CARTA PARA  MI AMIGA AZUCENA

Hoy recibí la noticia de tu partida,
 y aunque era algo que ya tú me habías anunciado que sucedería,
me pareció imposible que fuera verdad,
 me niego a creer  que ya jamás te voy a ver regresar
 ni escuchare tu saludo “ cómo vamos? “
,con el que infaltablemente  me saludabas
así hiciera unos minutos o muchos años que no nos hubiéramos visto.
Era algo propio de ti, como lo era esa  alegría que irradiabas
 y que contagiabas a todos los que te rodeábamos
 esa alegría y esa fe inconmovible en la humanidad,
 en pensar que un mundo mejor si era posible,
eran tus rasgos más característicos, ese optimismo desbordante
 que ni en los momentos más difíciles de la vida te abandono.
Fuiste mi amiga, mi novia, mi compañera de la infancia,
desde ese sexto grado que iniciamos en la Normal Nacional
 donde nos convertimos en inseparables cómplices contra todo y contra todos,
 tú con tu leve acento extranjero que ni siquiera una vida completa en Colombia
 había logrado borrar, herencia de tus padres árabes
,los cuales  se marcharon en la tragedia de quebradanca,alla por el año del 74,
la naturaleza cobro su tributo en vidas,
 ayudada por los múltiples errores de los gobernantes de turno.
Recuerdo como si fuera ahora, la manera estoica como recibiste
la noticia del fallecimiento de tu única familia,
con esa templanza y  ese ánimo que siempre admire en ti.
Nos hicimos mayores y la vida nos llevó por distintos caminos,
 aunque siempre haciendo una breve pausa para encontrarnos de nuevo,
 así fue como  en el año 2.000,me anunciaste tu boda
con el otro compañero inseparable de nuestros años juveniles
 Mark Taloklowan,con quien partías Para Iqaluit en Canadá,
nos dijimos hasta pronto en el aeropuerto,
 porque sabíamos que volveríamos a encontrarnos,
 como sucedió  hace pocos años, cuando ya tu cuerpo
 estaba minado por el Cáncer que te estaba devorando
 y contra el cual valientemente luchabas.
Recuerdo que cuando me abrazabas,
me pediste que cuando te llegara la hora debería hacerte un poema
y yo iluso de mi creyendo que yo me iría antes, te dije que sí
que lo haría, pero la  verdad querida amiga no me siento capaz de hacerlo ,
 por primera  vez en la vida te fallo,
no se si algún día ,cuando el dolor de tu partida haya menguado
 intentare con mis versos hacerte el homenaje  que te mereces,
por ahora solo escribo mi sentir
Viejo Mark amigo, que la fortaleza y resignación te sean concedidas,
 Nuestra amada compañera ya no estará presente
pero su recuerdo estará por siempre con nosotros
Azucena  mi querida  amiga,
que ahora estas al lado de Dios,endulzando
 sus ratos como endulzaste los mios,jamas te olvidare
José Libardo Anzola Venegas
Colombiano

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