CARTA PARA MI AMIGA
AZUCENA
Hoy recibí la noticia de tu partida,
y aunque era algo que
ya tú me habías anunciado que sucedería,
me pareció imposible que fuera verdad,
me niego a creer que ya jamás te voy a ver regresar
ni escuchare tu
saludo “ cómo vamos? “
,con el que infaltablemente
me saludabas
así hiciera unos minutos o muchos años que no nos hubiéramos
visto.
Era algo propio de ti, como lo era esa alegría que irradiabas
y que contagiabas a
todos los que te rodeábamos
esa alegría y esa fe
inconmovible en la humanidad,
en pensar que un
mundo mejor si era posible,
eran tus rasgos más característicos, ese optimismo
desbordante
que ni en los
momentos más difíciles de la vida te abandono.
Fuiste mi amiga, mi novia, mi compañera de la infancia,
desde ese sexto grado que iniciamos en la Normal Nacional
donde nos convertimos
en inseparables cómplices contra todo y contra todos,
tú con tu leve acento
extranjero que ni siquiera una vida completa en Colombia
había logrado borrar,
herencia de tus padres árabes
,los cuales se
marcharon en la tragedia de quebradanca,alla por el año del 74,
la naturaleza cobro su tributo en vidas,
ayudada por los
múltiples errores de los gobernantes de turno.
Recuerdo como si fuera ahora, la manera estoica como
recibiste
la noticia del fallecimiento de tu única familia,
con esa templanza y
ese ánimo que siempre admire en ti.
Nos hicimos mayores y la vida nos llevó por distintos
caminos,
aunque siempre
haciendo una breve pausa para encontrarnos de nuevo,
así fue como en el año 2.000,me anunciaste tu boda
con el otro compañero inseparable de nuestros años juveniles
Mark Taloklowan,con
quien partías Para Iqaluit en Canadá,
nos dijimos hasta pronto en el aeropuerto,
porque sabíamos que
volveríamos a encontrarnos,
como sucedió hace pocos años, cuando ya tu cuerpo
estaba minado por el
Cáncer que te estaba devorando
y contra el cual
valientemente luchabas.
Recuerdo que cuando me abrazabas,
me pediste que cuando te llegara la hora debería hacerte un
poema
y yo iluso de mi creyendo que yo me iría antes, te dije que
sí
que lo haría, pero la
verdad querida amiga no me siento capaz de hacerlo ,
por primera vez en la vida te fallo,
no se si algún día ,cuando el dolor de tu partida haya
menguado
intentare con mis
versos hacerte el homenaje que te
mereces,
por ahora solo escribo mi sentir
Viejo Mark amigo, que la fortaleza y resignación te sean
concedidas,
Nuestra amada
compañera ya no estará presente
pero su recuerdo estará por siempre con nosotros
Azucena mi
querida amiga,
que ahora estas al lado de Dios,endulzando
sus ratos como
endulzaste los mios,jamas te olvidare
José Libardo Anzola Venegas
Colombiano